Las ninfas, también llamadas Carolina, proceden de Australia y están emparentadas con las cacatúas.
Tienen muchos aspectos que las hacen recomendables: los ejemplares jóvenes criados por sus padres se pueden domesticar fácilmente, también se crían manualmente separándolas de los padres a los 20- 25 días de nacer, consiguiendo así un ave dócil y cariñosa, habituada a nosotros.
Su tamaño pequeño las hace buenas para los niños.
Son aves muy vistosas y tienen una cresta con la que nos muestran su estado de ánimo. Son de diversos colores, la más común es la gris.
Los machos suelen aprender a silbar e imitar sonidos, animando así el ambiente.
Su alimentación se basa en preparados de semillas específicos para ninfas, así como frutas y verduras variadas; es importante acostumbrarles desde pequeños a una dieta variada.
