Hoy queremos hacernos eco de un artículo publicado en Especies, escrito por D. Joaquín Guerrero Campo, acerca del daño que pueden causar las aves que tenemos en nuestras casas cuando, por accidente o deliberadamente, las ponemos en libertad.
Las más problemáticas son las cotorras, algunas de ellas se han escapado, pero otras muchas son liberadas por sus dueños debido a su fuerte y desagradable canto.
Tal y como se comenta en el artículo, desde que en 1975 se vieran en Barcelona las primeras cotorras argentinas, su población ha ido aumentando gracias a su facilidad para adaptarse al medio, lo que ayuda a que se reproduzcan muy bien y se establezcan en las áreas urbanas cercanas al Mediterráneo.
Los grandes nidos que construyen se convierten, así, en un peligro más que afrontar en estas urbes, no solamente por la degradación que supone en el mobiliario urbano, sino también por el peligro de desplome de alguno de ellos.
Pero las cotorras no son las únicas aves que desvirtúan el equilibrio debido a una puesta en libertad irresponsable: especies del género aratinga, así como patos y ánades como la malvasía canela, están causando verdaderos quebraderos de cabeza por su establecimiento en algunos lugares de España, pudiendo, incluso, poner en peligro a muchas de nuestras aves autóctonas.
Como siempre, queremos hacer una llamada a la reflexión. Las mascotas son seres vivos, que debemos cuidar y respetar. Nunca abandonar. Y en el caso de especies, como las aves, que podrían estar fuera de su hábitat natural, con más razón: no debemos nunca dejarlas en libertad.
Si tienes una de estas mascotas y no sabes qué hacer con ella, mailto:nosotr@s y te ayudaremos a encontrar un sitio adecuado para ella.
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